Chiara Luce cada día a mediodía se detenía, en un minuto de recogimiento, para pedir la paz: y al mismo tiempo otros en el mundo, cada uno allí donde se encontraba, desarrollando su propia tarea, hacían lo mismo. Habíamos adherido a la invitación que nos había hecho Chiara Lubich (fundadora del Movimiento de los Focolares) de intensificar nuestras fuerzas hacia ese común objetivo: la paz en cada uno de nosotros, en nuestras familias y comunidades pero especialmente en los lugares en guerra.
Una invitación dirigida a todas y todos sin distinción de religión, credo, convicción…
Para Chiara Luce era un momento cotidiano irrenunciable, hasta el último día.
Y en estos días con ella queremos renovar ese momento. En todos los lugares del mundo atormentados por conflictos, el time out nos impulsa a intentar pedir – conectados en red entre nosotros y con Chiara Luce – la realización de un sueño: LA PAZ